
Esa es la realidad de comerciantes informales que denuncian conflictos por obtener un lugar y trabajar. Buscan soluciones seguras y ordenadas.
Desde el 28 de diciembre, el comercio informal de las afueras del Congreso Nacional fue retirado sin previo aviso del sector. Después de aquello comenzaron a surgir diversos inconvenientes relacionados con los lugares para trabajar, especialmente el fin de semana.
Claudia Órdenes, presidenta del sindicato Congreso del comercio ambulante de la zona, señaló que desde esa fecha se han tenido que amanecer para conseguir un lugar donde trabajar, ya que llegan personas de otros lugares de la región a vender.
«Llegan de todas partes, de Quilpué, Villa Alemana, hasta de Santiago. Son personas que vienen en camionetas llenas, ponen hasta cuatro toldos, y ocupan nuestros lugares. A la gente que vive de esto, que es de acá, que pertenece al sindicato, nos ocupan los lugares», indica la dirigente.
Órdenes señala que las personas se tienen que amanecer para conseguir un lugar. «Yo el día domingo llegó a las tres de la mañana. Hay viejitas que se quedan del día anterior cuidando».
Incluso han llegado con machetes otras personas. «El otro día llegaron a las cinco de la tarde y tiraron cordeles, son tiras de sábanas qe uno adelgaza, y ocupan un lugar. Cuando uno llega, está ocupado. No puedes ponerte a pelear con ellos, porque a veces andan hasta con machete.»