
Con solo 34 años, Daniel Merino lidera el certamen cultural más importante de Chile, destacando por su perseverancia y aprendizaje continuo.
En 2004, Daniel Merino, un joven de 14 años que vivía con su abuela en la Región del Biobío, veía el Festival de Viña por televisión y soñaba con algún día formar parte de él. Hoy, ese adolescente es el director ejecutivo del evento, cumpliendo una promesa que marcó su vida: «Algún día yo voy a trabajar ahí».
Según detalló The Clinic, el camino de Merino comenzó pocos años después, cuando se mudó a Santiago tras terminar el colegio. Sin planes claros sobre qué estudiar, fundó junto a amigos una revista digital y trabajó en redes sociales, lo que lo llevó a cubrir un concierto de los Black Eyed Peas en 2010.
Allí conoció a Alfredo Alonso, fundador de Bizarro, quien lo invitó a integrarse a la productora. Desde community manager hasta productor general, Merino pasó por todas las áreas de la empresa, demostrando su pasión por los espectáculos y su constante interés por aprender.
Finalmente, al frente del Festival de Viña, Merino lidera las relaciones con autoridades, artistas y proveedores. “Cada experiencia, buena o mala, me preparó para este cargo. No vengo de la televisión, pero he aprendido mucho de ella”, concluye Merino.